Sin duda, no podía faltar entre los héroes de la hispanidad la reina Isabel la Católica, quién junto a su esposo y Rey de Aragón, Fernando el Católico, reconquistó la península tras ocho siglos de confrontaciones y confió en un marino previamente rechazado en otras cortes para comenzar lo que sería el descubrimiento de un Nuevo Mundo.
Sin embargo, esa confianza en Cristóbal Colón solo es uno más dentro de los logros de la Reina de la Hispanidad a lo largo de su vida.
Bajo su reinado estableció y dio predominancia a una de las piedras angulares de la Hispanidad, la religión cristiana, puesto que Isabel I consagró todos sus logros a Dios y su fe permaneció inquebrantable a pesar de los distintos reveses que la vida le presentó, especialmente tras la muerte de sus herederos.
El Castellano, segunda pata del banco en el que se asienta la Hispanidad, procurando que allí dónde hubiera asentamientos españoles se enseñara el idioma y se consiguiera un entendimiento en todos los territorios adheridos a la corona.
Y, por último, la igualdad entre todos los súbditos, dejando por escrito en su testamento su voluntad de que todos los ciudadanos protegidos bajo la corona de Castilla serían iguales ante la ley, otorgando a los moradores de las nuevas tierras los mismos derechos y obligaciones que a los nacidos en Ávila o Burgos.
Una reina que consagró su vida y la de sus hijos a una mayor gloria de los reinos de Castilla y Aragón, lo que a la postre serían los cimientos de varios siglos de hegemonía hispana en el mundo y cuyos fundamentos perviven hoy en día en gran parte del Mundo.
Nacida en Madrigal de las Altas Torres, provincia de Ávila, el 22 de abril de 1451 no tuvo una infancia fácil, puesto que pronto fue separada de su madre y junto a su hermano, llevada a la corte del Rey Juan de Castilla para la vigilancia de ambos.
Así mismo, tuvo que pelear para ser coronada reina, siendo las intrigas y traiciones continúas durante los primeros años de su reinado, sin embargo, junto a su marido Fernando, consiguieron despojar a los nobles de muchos de sus privilegios y establecer una monarquía fuerte en ambos reinos que les permitió gobernar según sus deseos y no los de ningún otro.
Su Fe la llevó a dedicar grandes esfuerzos en la conquista del reino de Granada, y una vez lograda la proeza, a llevar la religión católica a los confines del mundo, logrando con ello que las siguientes centurias España fuera el imperio más poderoso del mundo y la Hispanidad la esencia de todas las personas que vivían bajo la corona española.
Isabel de Castilla no fue la primera piedra en la Hispanidad, pero si se puede considerar su piedra angular, que finalizó la unificación de la península bajo una bandera cristiana y la que inició la expansión de la hispanidad a lo largo y ancho del mundo.