El relato más popular sobre el Vuelo 19 proviene del escritor Charles Berlitz, quien avivó el misterio en su libro The Bermuda Triangle. Según su versión, los aviones desaparecieron tras reportar efectos visuales extraños y fallos en los instrumentos de navegación. No obstante, muchas de sus afirmaciones se han demostrado imprecisas o incorrectas.
El escuadrón estaba compuesto por catorce aviadores navales, liderados por el teniente Charles Carroll Taylor, veterano de combate en el Pacífico. Paradójicamente, Taylor tenía poca experiencia en la zona de Florida y las Bahamas, y menos aún que algunos de sus alumnos. A pesar de su reputación como piloto seguro y sereno, las grabaciones de radio revelan a un Taylor desorientado, inseguro y confundido sobre su posición, con mensajes reiterativos y contradictorios.
La última transmisión conocida del Vuelo 19 se recibió poco antes de que una tormenta azotara la zona. Las condiciones meteorológicas habían empeorado, lo que desmiente la imagen de una «desaparición en cielo despejado». Según los registros, Taylor creyó erróneamente que los aviones estaban sobre los Cayos de Florida, y decidió volar hacia el noreste —cuando en realidad se encontraban al este de las Bahamas—. Este error los llevó mar adentro, alejándolos de tierra firme hasta que agotaron el combustible.
¿Qué pasó con los restos?
Una de las causas del prolongado misterio es que jamás se encontraron los restos de los cinco TBM Avenger, a pesar de numerosas misiones de búsqueda. Esto ha llevado a especular con hipótesis extraordinarias, desde fallos simultáneos de brújulas hasta fenómenos paranormales. Sin embargo, los informes oficiales de la Marina estadounidense no confirman fallos en los instrumentos; de hecho, las conversaciones registradas no mencionan averías generalizadas en las brújulas. Lo que sí se documenta es una creciente confusión de Taylor, que incluso fue corregido por sus subordinados, aunque, como comandante, su decisión prevaleció.
El informe inicial de la Marina atribuyó la desaparición a la desorientación del teniente Taylor, aunque posteriormente se modificó a petición de la familia para reflejar “causas desconocidas”.
En cuanto a las aeronaves, conviene destacar que los TBM Avenger no fueron diseñados para amarar con seguridad, y su estructura hacía que se hundieran rápidamente si impactaban en el mar. Por tanto, la posibilidad de supervivencia tras un amerizaje forzoso, especialmente en medio de tormentas, era escasa.
En 1991, se hallaron cinco TBM Avenger frente a las costas de Florida, lo que inicialmente se vinculó con el Vuelo 19. Sin embargo, los números de serie descartaron esta posibilidad: eran aeronaves descartadas deliberadamente por la Marina entre 1942 y 1945.
El misterioso destino del PBM Mariner
El misterio se agravó cuando un hidroavión PBM Mariner, enviado como parte de la operación de búsqueda, también desapareció con toda su tripulación, apenas 20 minutos después del despegue. Aunque Berlitz utilizó este hecho para alimentar su narrativa de desapariciones inexplicables, el buque SS Gaines Mill reportó una explosión en el cielo en el área donde debía encontrarse el PBM, seguida de una mancha de aceite en el agua.
Las condiciones meteorológicas impidieron el rescate inmediato. Se cree que una fuga de combustible pudo provocar la explosión que desintegró el aparato en pleno vuelo. Este tipo de accidente era, de hecho, relativamente común en los PBM Mariner, conocidos entre los pilotos por su tendencia a acumular vapores inflamables.
Hipótesis y conclusiones
Diversos documentales, como los emitidos por The History Channel, han explorado con profundidad las grabaciones de radio, las condiciones meteorológicas y las decisiones del comandante Taylor. El análisis más aceptado es que el teniente, desorientado, condujo a su escuadrón hacia mar abierto. Algunos estudiantes llegaron a advertirle del error, sugiriendo cambiar de rumbo hacia el oeste, pero para cuando el teniente rectificó, ya era tarde. El escuadrón agotó el combustible y se estrelló en algún punto del Atlántico profundo, en medio de condiciones adversas y sin dejar rastro visible.
Una hipótesis alternativa plantea que Taylor y sus hombres pudieron haber volado más al norte de lo estimado, llegando incluso a estrellarse en los pantanos de Georgia, aunque esta posibilidad ha sido descartada por la mayoría de los expertos.
La posición oficial de la Marina establece que no hubo misterio en lo ocurrido: el desastre fue resultado de un conjunto de errores humanos en condiciones climáticas adversas. El único enigma persistente es la ubicación exacta de los restos del Vuelo 19.
Un símbolo del mito moderno
El caso del Vuelo 19 se convirtió en símbolo del Triángulo de las Bermudas no tanto por lo extraordinario de los hechos, sino por su oportuno encaje en una narrativa que mezcla misterio, tragedia y desconocimiento. La falta de pruebas materiales y el contexto posbélico contribuyeron a consolidar una leyenda que, aunque rebatida por los hechos, sigue cautivando la imaginación colectiva.
A día de hoy, los restos del Vuelo 19 continúan sin ser hallados, sumándose a la larga lista de enigmas sin resolver que alimentan la fascinación —y a veces la superstición— en torno al misterioso triángulo del Atlántico.