La Hispanidad puede presumir de héroes a lo largo de la historia, sin embargo, mención especial tendría uno de los mejores militares de toda la historia, gran estratega e innovador militar consiguió grandes victorias durante el reinado de los Reyes Católicos. Siendo pieza fundamental en la reconquista de Granada, así como manteniendo el reino de Nápoles bajo el mandato de Fernando el Católico.
El 1 de septiembre de 1453 nace en Montilla (Córdoba) el segundo hijo de un caballero español, Pedro Fernández de Aguilar, sin embargo, pronto quedaría huérfano y su educación recayó en manos del caballero Pedro de Cárcamo.
Siendo apenas un niño entró como paje en la corte de Alfonso de Castilla, pasando al séquito de su hermana, Isabel I de Castilla tras la muerte de Alfonso.
Ya como paje de Alfonso demostró sus dotes con la espada, y su valentía en la batalla, pero no sería hasta el inicio del reinado de los Reyes Católicos cuando Fernández de Córdoba comenzaría a hacerse un nombre en la corte española.
En la reconquista de Granada Gonzalo Fernández de Córdoba aparece en varios de los documentos de la época, tanto por su valentía como por sus dotes de mando y su ingenio para la batalla, hasta el punto de crear una máquina de batalla con las puertas de las casas cercanas al castillo de Tájara que permitieron proteger el avance de los soldados hasta la toma del castillo.
Conquistas como la Íllora o o Montefrío comenzaron a forjar el mito en el que terminaría convirtiéndose, dirigiendo el cuerpo de asalto y alcanzado la cima de las murallas el primero en las dos ocasiones exponiéndose en todo momento al ataque enemigo, así como en la toma de Loja, dónde hizo prisionero al rey musulmán Boabdil y haciendo que se postrara ante sus reyes.
Finalmente, en 1492 negociaría la rendición de la ciudad y entrega de la misma, acompañando al propio Boabdil en su destierro hasta Fez.
Si bien las victorias y conquistas en la guerra de Granada sirvieron para que Gonzalo Fernández de Córdoba se hiciera un nombre en España, fueron las victorias en el Reino de Nápoles y norte de Italia las que colocan al Gran Capitán como uno de los mejores militares de toda la historia.
Su gran ingenio militar se demostró nuevamente cuando comenzó a combatir utilizando de manera conjunta y combinada artillería, infantería y caballería, lo que le permitió vencer en gran cantidad de batallas en las que sus tropas se encontraban en inferioridad numérica. Sin embargo, con su astucia y mañana en combate conseguía que la batalla se llevara a cabo en los terrenos que le eran más favorables. Así mismo, Fernández de Córdoba dispuso a la infantería en forma de “coronelías”, embrión y precursor de los posteriores Tercios, la infantería más admirada y temida de toda la humanidad.
Pero no solo su estrategia y valentía destacan en el Gran Capitán, sino la admiración que sus hombres sentían hacia él, llegando uno de ellos a entregar su vida por salvar la de su señor tras la caída del caballo en una de las batallas.
Fernández de Córdoba mantenía las tropas bajo una estricta disciplina y en perfecto estado de forma, pero, sobre todo, alentaba en sus hombres un sentimiento de orgullo por pertenecer al ejército, así como por defender tanto su país como su religión del enemigo extranjero.
Hizo del ejército español el más temido de Europa, llegando a decir los franceses tras la lucha que “no habían luchado contra hombres, sino contra demonios”.
Las victorias en el campo de batallas consagraron a Fernández de Córdoba como un gran señor y un excelente militar, siendo aclamado por dónde pasaba.
Una vez terminada la guerra, y saliendo victorioso y encumbrado de todas las batallas, Fernández de Córdoba fue nombrado Virey de Nápoles en 1504 y mantuvo su cargo hasta que en 1507 fue destituido por Fernando el Católico.
Finalmente, El Gran Capitán fallece el 2 de diciembre de 1515 en Granada, dónde había decidido regresar tras enfermar unos años antes para pasar los últimos años de su vida junto a su familia.
Sin duda, Gonzalo Fernández de Córdoba es uno de los mayores héroes de la hispanidad y pocos defendieron los ideales que representa con la valentía y éxito que lo hizo el cordobés, quién merece el mayor de los respetos y el máximo reconocimiento como uno de los Héroes de la Hispanidad.