Pocas son las cosas que puedan hacer más daño a los sentimientos de una persona que la traición, ya sea la pareja, un amigo o cualquier cosa en la que confíes, cuando sientes la traición el mundo se desmorona bajo tus pies, dando paso a una decepción mayúscula y a un odio que termina por arrasar cualquier vínculo que pudiera haber existido.
La historia nunca tuvo piedad con los traidores. Desde Judas a Marco Junio Bruto toda traición ha sido siempre objeto de crítica, quedando siempre denostados aquellos que traicionaron a las personas o ideas por las que peleaban. Célebre es ya la frase “Roma no paga traidores”.
Sin embargo, una de las traiciones más grandes de la historia parece haber quedado impune, y su autor es alabado y honrado, considerado como libertador de la patria, el nuevo relato omite lo que Simón Bolívar fue realmente, un traidor a la patria, sin principios y sometido a la corona inglesa que consiguió con mentiras y plata lo que no pudo conseguir en el campo de batalla.
Ese fue Simón Bolívar, uno de los mayores traidores a su patria de la historia un hombre sin palabra al que las ansias de poder y 50 libras esterlinas le hicieron entrar en guerra contra su propio país.
Lo curioso del caso, es que lejos de verlo como un traidor, es encumbrado y homenajeado como un gran libertador, aquellos a los que favoreció su traición se han preocupado de que así sea.
Simón Bolívar junto a otros de su calaña, hombres sin patria y honor, entregaron el poder del océano a los ingleses, fragmentaron en continente grande y fértil en decenas de países que poco a poco fueron empobreciéndose y quedando a la sombra de sus vecinos del norte.
Cuán distintas serían las cosas, si los traidores hubieran perdido y la Hispanidad siguiera unida bajo una bandera.