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Año 652, El Sitio de Caesaraugusta. Un juego de tronos sangriento

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El asedio de Caesaraugusta de 652 tuvo lugar durante la revuelta de Froya contra Recesvinto. La ciudad de Zaragoza cuenta con más de dos mil años de historia. La población más antigua documentada data del siglo VII a. C., en los restos de unos poblamientos del final de la edad del Bronce. Sobre el asentamiento ibero de Salduie se fundó, entre el 25 y el 12 a. C., muy probablemente el 14 a. C., una colonia inmune: Caesaraugusta, en honor de César Augusto. Tras una franca decadencia en los siglos III y IV después de Cristo, la ciudad siguió manteniendo con la dominación visigoda su influencia, siendo un destacado centro episcopal.

Froya

Uno de los grandes protagonistas del sitio de Caesaraugusta fue Froya, un rebelde visigodo de origen nobiliario, que tomó el título real probablemente en 652.

Froya era tal vez uno de los jefes de la oposición a la designación de Recesvinto como sucesor (649). Viendo sus deseos contrariados, huyó a Aquitania y consiguió hacerse con el liderazgo de los Refugae, y obtener el apoyo de los vascones de Aquitania, y probablemente a través de ellos, de los que habitaban al Sur de los Pirineos (¿650? ¿651? ¿652?). Cuando los vascones descendieron por el Valle del Ebro, como solían hacer, Froya reunió a los suyos y a contingentes vascones de Aquitania, y se presentó ante Zaragoza (probablemente el verano del 652). Chindasvinto sería ya muy anciano (unos ochenta y ocho años en el mejor de los casos; incluso podría haber muerto) y se pondría a prueba la eficacia de Recesvinto. La Tarraconense fue devastada con mayor virulencia que en ocasiones anteriores. Los exilados debieron poner todos sus efectivos en juego, y la ayuda de los vascones se consideraba muy importante pues su salvajismo y su habilidad en la lucha guerrillera distraían muchas fuerzas visigodas. Los vascones se llevaron miles de prisioneros y un cuantioso botín, dejando la región sembrada de cadáveres, no respetándose a los clérigos, iglesias o altares. Las fuerzas de Froya sitiaron Zaragoza.

Cuando llegaron las fuerzas de Recesvinto, que al parecer ya era rey (suponiendo a su padre enterrado en octubre del 652, las fuerzas de Recesvinto llegarían a Zaragoza hacia noviembre), el grueso de los grupos vascones habrían regresado a sus montañas, y los exilados se dispusieron a hacer frente al ejército real con la presencia únicamente del contingente vascón de Aquitania. El hecho de que, a pesar de no haber tomado Zaragoza (aunque seguramente dominaban otras plazas) no hubieran regresado a Aquitania o Francia al final del buen tiempo, indicaría que la lucha se planteaba en términos decisivos. Era el último intento, el más fuerte. En caso de derrota el poder real se reforzaría mientras que los exilados quedarían debilitados irreversiblemente.

La batalla decisiva parece haberse librado en diciembre, y Recesvinto obtuvo una victoria completa. Cientos de partidarios de Froya, que debía ostentar el título real, murieron en la lucha, y el mismo jefe rebelde parece ser que fue capturado y ejecutado con rapidez.

Recesvinto

Recesvinto (?-672, Gerticos) fue un rey de los visigodos (653-672) que creó, junto con su antecesor Chindasvinto, un cuerpo de leyes común para los dos pueblos del reino, hispanorromanos y visigodos: el Liber Iudiciorum o Código de Recesvinto.

Caesaraugusta y Recesvinto, van inefablemente de la mano; Recesvinto fue rey de los visigodos desde el 653 al 672, aunque cogobernó con su padre Chindasvinto desde el 649. Llevó a cabo una política distinta de la de su padre, más dura con los judíos, pero más conciliadora con la Iglesia y con la nobleza, solucionando los problemas causados por la feroz represión de su antecesor. En particular, tras la rebelión de Froya, pidió a los obispos autorización para perdonar a antiguos rebeldes, lo cual le estaba prohibido por las resoluciones de anteriores concilios.

Consiguió la unificación política y social para el reino cuando promulgó en el año 654 el Liber Iudiciorum o Código de Recesvinto, en el que se abolía la personalidad del derecho, estableciendo un derecho igual y unitario para todos los súbditos del reino. Según la teoría tradicional, hasta entonces se empleaba con los godos el derecho consuetudinario del pueblo visigodo (recopilado en el año 475 por el rey Eurico en el Codex Euricianus o Código de Eurico) y con los hispanorromanos el viejo derecho romano (recopilado en el año 506 por el rey Alarico II en el Breviarium Alaricianum o Breviario de Alarico).

Dictó asimismo medidas para impedir que el tesoro particular de los reyes se aumentase a costa de todos los ciudadanos. En el VIII Concilio de Toledo (año 653) se estableció, bajo su tutela y autoridad, lo siguiente:

Necesidad de diferenciar los bienes que el rey recibía del patrimonio de sus padres o parientes.
Necesidad de diferenciar lo que el rey adquiría por su cargo. Estos bienes sólo podrían pasar a su sucesor en el trono y no a su descendencia familiar.

Por otro lado, en este mismo concilio, se apropió de muchas de las propiedades que sus antecesores habían obtenido en forma ilegal, pero no hizo caso de la sugerencia de los obispos, que querían que estas propiedades fueran propiedad de la corona y no del rey (se habían referido, además, específicamente al padre del rey Chindasvinto). Este asunto provocó una fuerte controversia, y los obispos, que no podían hacer mucho ante el poder real, dejaron constancia de su desagrado en las actas del concilio. Ahí incluyeron tanto la ley promulgada como la sugerencia eclesiástica, para marcar claramente la diferencia.

Recesvinto fue además el supremo magistrado, encargado de hacer cumplir las leyes. Desde entonces, la monarquía se rigió por normas legislativas y toda cuestión política se solucionó por la ley.

El Sitio de Caesaraugusta

Recesvinto fue asociado al trono en 649 como corregente junto al anciano Chindasvinto. Empezó a gobernar en solitario en otoño de 652 (o 653), y probablemente el mismo 652 estalló una amplia rebelión encabezada por Froya, un noble visigodo que, opuesto a la designación de Recesvinto, huyó a Aquitania y consiguió hacerse con el liderazgo de los refugae.1 Obtuvo también el apoyo de los vascones de Aquitania y, probablemente a través de ellos, de los vascones que habitaban al sur de los Pirineos.

Cuando los vascones descendieron por el valle del Ebro en el verano de 652, Froya reunió a los suyos y a contingentes vascones de Aquitania y se presentó ante Caesaraugusta poniendo a prueba la autoridad de Recesvinto. La Tarraconense fue devastada con más virulencia que en ocasiones anteriores. Los exiliados tuvieron que poner todos sus efectivos en juego, y la ayuda de los vascones fue muy importante, pues su ferocidad y su habilidad en la lucha guerrillera distraían muchas fuerzas visigodas. Los vascones se llevaron miles de prisioneros y un importante botín, dejando la región sembrada de cadáveres sin respetar clérigos, iglesias o altares.

Las fuerzas de Froya y los vascones asediaron Caesaraugusta.2 En una carta al obispo Quirce de Barcino, el obispo Tajón narra como nada podía hacer durante el día por los peligros que amenazaban a los habitantes de la ciudad, y hablaba de la imposibilidad de abandonar la ciudad para marchar al campo (debido a la presencia de las fuerzas sitiadoras).

El noviembre de 652, después de enterrar a Chindasvinto, las fuerzas de Recesvinto llegaron a Caesaraugusta. El grueso de los grupos vascones había vuelto ya a sus montañas y los exiliados se dispusieron a hacer frente al ejército real con la presencia únicamente del contingente vascón de Aquitania. El hecho de que, a pesar de no haber tomado Zaragoza (aunque seguramente dominaban otras plazas), no hubieran vuelto a Aquitania o Francia al final del buen tiempo indicaría que la lucha se planteaba en términos decisivos. Era el último intento, el más definitivo. En caso de derrota el poder real se reforzaría mientras que los exiliados quedarían debilitados de manera irreversible.

La batalla decisiva parece haberse entregado en diciembre, y Recesvinto obtuvo una victoria completa. Centenares de partidarios de Froya, que empleaba el título real, murieron en la lucha y el mismo líder rebelde parece que fue capturado y ejecutado con rapidez.

Algunos rebeldes pudieron volver a Aquitania, pero la mayoría murieron o fueron capturados. Después de varios meses de guerra civil y cuatro años de agitación (649 a 653), Recesvinto conseguía pacificar el Reino de Toledo con la única excepción de las razias de los vascones, nunca resueltas.

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