Knightfall es una serie de televisión del género supuestamente histórico. Reransmitida por History Channel y HBO. Knightfall contó con 10 episodios en enero de 2016, con Jeremy Renner como productor ejecutivo. La serie se estrenó el 6 de diciembre de 2017 y el 27 de diciembre Production Weekly anunció la renovación para una segunda temporada.
Según el argumento o la trama principal; Los Templarios dedicaron su vida a cuidar del Santo Grial. Knightfall es un drama histórico que recrea las cruzadas y la vida de esta hermandad, una mirada a los últimos días de los Caballeros Templarios durante el siglo XIV.
Landry Lauzon, es el personaje principal, un caballero dividido entre la duda y la fe.
Mezcla fechas como la caída de Acre y la posterior, persecución y muerte en la hoguera de los caballeros templarios, orquestada por Felipe IV de Francia el 13 de octubre de 1307. La serie se centra en el líder templario Sir Landry, un valiente guerrero desalentado por los fracasos de los Templarios en Tierra Santa se siente revitalizado con la noticia de que el Santo Grial ha resurgido. Todo esto en un periodo de tiempo real mucho más dilatado que el pretendido en la serie.
¿Quiénes eran los templarios realmente?
La Orden de los Pobres Compañeros de Cristo y del Templo de Salomón (en latín: Pauperes Commilitones Christi Templique Salomonici), también llamada la Orden del Temple, cuyos miembros son conocidos como caballeros templarios, fue una de las más poderosas órdenes militares cristianas de la Edad Media. Se mantuvo activa durante algo menos de dos siglos. Fue fundada en 1118 o 1119 por nueve caballeros franceses liderados por Hugo de Payns tras la Primera Cruzada. Su propósito original era proteger las vidas de los cristianos que peregrinaban a Jerusalén tras su conquista. La orden fue reconocida por el patriarca latino de Jerusalén Garmond de Picquigny, que le impuso como regla la de los canónigos agustinos del Santo Sepulcro.
Aprobada oficialmente por la Iglesia católica en 1129, durante el Concilio de Troyes (celebrado en la catedral de la misma ciudad), la Orden del Temple creció rápidamente en tamaño y poder. Los caballeros templarios tenían como distintivo un manto blanco con una cruz paté roja dibujada en él. Militarmente, sus miembros se encontraban entre las unidades mejor entrenadas que participaron en las Cruzadas.6 Los miembros no combatientes de la orden gestionaron una compleja estructura económica dentro del mundo cristiano. Crearon, incluso, nuevas técnicas financieras que constituyen una forma primitiva del moderno banco. La orden, además, edificó una serie de fortificaciones por todo el mar Mediterráneo y Tierra Santa.
El éxito de los templarios se vincula estrechamente a las Cruzadas. La pérdida de Tierra Santa derivó en la desaparición de los apoyos a la orden. Además, los rumores generados en torno a la secreta ceremonia de iniciación de los templarios crearon una gran desconfianza. Felipe IV de Francia, fuertemente endeudado con la orden y atemorizado por su creciente poder, comenzó a presionar al papa Clemente V con el objeto de que tomara medidas contra sus integrantes. En 1307, un gran número de templarios fueron apresados, inducidos a confesar bajo tortura y quemados en la hoguera. En 1312, Clemente V cedió a las presiones de Felipe IV y disolvió la orden. Su abrupta erradicación dio lugar a especulaciones y leyendas que han mantenido vivo hasta nuestros días el nombre de los caballeros templarios.
Mitología disfrazada de historia y múltiples errores históricos
La serie de diez episodios se sumerge en el epicentro de las conspiraciones políticas y las batallas protagonizadas por los Caballeros Templarios, la más poderosa y misteriosa orden militar de la Edad Media.
Los estrepitosos errores en esta nueva producción como la denominación de Reino de Cataluña al Reino de Aragón, el quiero y no puedo en las escenas de batallas o la representación de la reina Juana y sus tramas de alcoba pueden ser elementos que marquen ‘Knightfall’,
La serie emitida por History Channel, «Knightfall» (emitida en España por la HBO), ha mostrado que el rigor histórico le es un asunto secundario. Entre numerosas imprecisiones históricas, el primer capítulo de la ficción, que quiere emular el éxito de «Vikingos», ha brillado, sin luz, por la controvertida pretensión de uno de los personajes de ser la futura «Reina de Cataluña».
Parece que la única intención es añadir un producto más al boom de las series históricas es un arma de doble filo. No hace falta reparar en grandes ejemplos de ficción como ‘Juego de Tronos’ (‘Game Of Thrones’), lo importante es fijar el público que se quiere seducir y el nivel de rigor que se quiere aportar.
Para más precisión, la serie radiografía la corte del Rey Felipe de Francia, donde se movían a sus anchas los caballeros templarios y donde hallaron su perdición. Empobrecida la Corona, el Monarca francés deposita en el primer capítulo sus esperanzas para recuperar influencia internacional en el matrimonio de su primogénita, Isabel, con algún gran príncipe europeo. No obstante, la joven afirma sin pudor que quiere casarse por amor y, a pesar de que una oferta de la Casa Real de Inglaterra está sobre la mesa, prefiere contraer matrimonio con un príncipe con el que lleva meses carteándose: el príncipe Lluís, el sucesor de ¡El Reino de Cataluña!
Un error histórico que provocó risas en la emisión del capítulo ante la prensa española y que se alimenta de la mitología creada por el nacionalismo catalán. Como explica Enric Ucelay-Da Cal, catedrático de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona:
«A pesar de la tendencia de los historiadores nacionalistas catalanes de retorcer la naturaleza «catalana-aragonesa» de la Corona de Aragón, nunca ha existido nada, en la historia medieval, y mucho menos en los tiempos modernos, que pudiera considerarse ni de lejos un embrión del Estado catalán, excepto en las imaginaciones más románticas y soñadoras».
El Reino de Cataluña es una completa ficción, tanto como los cacareados Países Catalanes.