El Reino de Alba (en gaélico: Rìoghachd na h-Alba) hace referencia al reino de Escocia entre la muerte de Domnall II en 900, y el fallecimiento de Alejandro III en 1286, hecho que llevó indirectamente a las Guerras de independencia de Escocia.
El nombre es apropiado, debido a que a lo largo de este periodo la élite y la popularidad del reino eran predominantemente gaélicas y normando-escocesas, y difiere notablemente del periodo de la Casa de Estuardo, en el cual la élite del reino era en su mayoría angloparlante o de habla escocesa.
Corte Real
Se conoce poco de la estructura de la corte real escocesa en el periodo anterior a la llegada de los normandos a Escocia, antes del reinado de David I de Escocia. Se conoce un poco mejor la corte en los últimos años del siglo XII y el siglo XIII.
- El Senescal fue un cargo hereditario desde el reinado de David I. El camarero tenía la responsabilidad de la casa real y su administración.
- El Canciller estaba a cargo de la capilla real. Éste era el lugar de culto del rey, pero al final, tenía que ver con los escribanos reales, responsables de guardar los archivos. Normalmente, el canciller era un clérigo, que ocupaba este cargo antes de ser promovido a un obispado.
- El Chambelán tenía el control y responsabilidad sobre las finanzas reales.
- El Condestable, también hereditario desde el reinado de David I. Estaba a cargo de los recursos militares de la corona.
- El Mayordomo de Palacio.
- El Mariscal o Marshall. El mariscal se diferenciaba del condestable en que estaba más especializado, responsable de las fuerzas reales de caballería.
En el siglo XIII, los otros cargos tendían a ser hereditarios, con la excepción del canciller. La Casa Real, venía con otros cargos como el hostiarius, los cazadores, guardas forestales y cocineros.
Crónica de los reyes de Alba
La Crónica de los reyes de Alba o Crónica Escocesa es una breve crónica en la que se narra los reinados de los Reyes de Alba (la actual Escocia) desde el tiempo de Kenneth I (h. 808) hasta el de Kenneth II (r. 971–995). W.F. Skene denominó a esta obra Crónica de los reyes escoceses, y también ha recibido el nombre de Crónica escocesa antigua, pero el de Crónica de los reyes de Alba parece estar abriéndose paso como el estándar académico.
La única versión conservada del texto se encuentra en el Manuscrito Poppleton, el cual está depositado en la Biblioteca Nacional de Francia. Es el cuarto de siete documentos escoceses contenidos en el manuscrito; se supone que los seis primeros de los siete fueron compilados a principios del siglo XIII por la misma persona que compuso el primero de ellos, el denominado Situ Albanie.
La Crónica de los reyes de Alba es una fuente fundamental para el periodo de que se ocupa y, pese a cierta influencia francesa posterior, está escrita fundamentalmente en latín de Irlanda, por un escriba con ciertos conocimientos de la ortografía del irlandés medieval. El texto original fue sin duda escrito en Escocia, probablemente a comienzos del siglo XI, poco después del reinado de Kenneth II de Escocia, último rey de que trata.