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El reino de Sicilia español

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Dinastía aragonesa, 1282-1468

Con el matrimonio de la heredera legal de Manfredo I Hohenstaufen, Constanza II de Sicilia, con Pedro III el Grande, el reino de Sicilia se convierte en uno de los principales intereses del rey aragonés, debido a que alegaba los derechos de su esposa al trono en el reino isleño. Cuando Pedro III se disponía a hacer valer el poder de su flota en el Mediterráneo, los sicilianos se rebelaron contra los Anjou (entre otras causas debido a las cargas impositivas que soportaban) en los sucesos conocidos como las Vísperas sicilianas. La nobleza de Sicilia deseaba cierto grado de autonomía política y consiguió expulsar a la dinastía angevina. No se hizo esperar el contraataque de Carlos de Anjou pero, para poder hacer frente a los angevinos, los sicilianos invitan a Pedro el Grande a reivindicar los derechos de su esposa y, segregándose de Nápoles, le entregan a Pedro III el trono del reino.

Los conflictos entre los reinos de Sicilia y Nápoles fueron constantes hasta que es elegido Papa Benedicto XII en 1334, quien tenía relaciones de amistad con Federico II de Sicilia, y le promete respeto de la Santa Sede en Trinacria.

Los dos reinos resultantes estuvieron separados hasta 1442, cuando, el rey de Aragón, Alfonso V el Magnánimo (Alfonso I en Sicilia), en calidad de hijo adoptivo de la reina Juana II de Nápoles, conquistó el Reino de Nápoles y los reunificó con Sicilia. A su muerte, en 1458, Alfonso V dejó la corona de Nápoles a su hijo natural, Fernando I de Nápoles, mientras, las coronas de Aragón y Sicilia, a su hermano Juan II de Aragón.

Dominio español (Casa de Austria), 1516-1714

Los antiguos reinos gobernados por soberanos aragoneses en Italia quedarán bajo dominio de la recién nacida Monarquía Hispánica y serán gobernados mediante virreyes. Los reinos de Nápoles y Sicilia mantendrán su sistema administrativo y de gobierno, separados uno del otro. En esta época los reyes portaron en su titulación el de Rey de las dos Sicilias (Rex utriusque Siciliae, es decir, reyes de la «Sicilia» peninsular, correspondiente al Reino de Nápoles, y reyes de la Sicilia insular propiamente dicha, correspondiente al entonces Reino de Sicilia).​

Sicilia, en el siglo XVI, bajo la administración de la Casa de Austria, fue acosada por el creciente Imperio otomano, y esto llevó al asedio de Malta con el consiguiente derrumbe del comercio en el Mediterráneo centro-oriental. Entre los virreyes españoles de Sicilia destacó Pedro Téllez-Girón y Velasco, duque de Osuna. Cuando el duque de Osuna tomó posesión del nuevo cargo en Milazzo, el 9 de marzo de 1611, el reino de Sicilia se hallaba en la miseria. Por falta de crédito, la Caja de Palermo (el erario público) había tenido que declararse en bancarrota y cerrar sus puertas. La moneda se adulteraba sin recato y la inflación arruinaba al sufrido pueblo siciliano. En Mesina los bandoleros isleños asaltaban las tiendas y los comercios a plena luz del día, en medio de la indiferencia general, y era imposible viajar sin una escolta armada.

El duque de Osuna logró poner remedio a tamaños males, con general aplauso de los sicilianos: restituyó el crédito de la hacienda pública, restableció el peso y la ley de las monedas, ajustó los impuestos a las verdaderas rentas de los contribuyentes, equilibró los presupuestos e hizo aumentar los ingresos. Los caminos fueron limpiados de salteadores y facinerosos, la autoridad y la libertad de los ministros de la justicia, restaurada, y las cárceles repletas quedaron yermas y vacías. El nuevo virrey de Sicilia logró también reorganizar la marina, como mejor medio de defender la isla contra las incursiones de turcos y berberiscos.

Reino borbónico de Sicilia

Al terminar la guerra de sucesión española Sicilia fue cedida a Ducado de Saboya (bajo el reinado de Víctor Amadeo II) mediante los tratados de Utrecht. Pero ya en 1720 Sicilia pasó en manos de los Habsburgo de Austria.

En 1734, José Carrillo de Albornoz, conde de Montemar, reconquistó Sicilia para los Borbones, los cuales dieron vida a la dinastía Borbón-Dos Sicilias, una rama italiana de los Borbones españoles, reinante en todo el Mezzogiorno (reinos independientes de de Nápoles y Sicilia).

Reino de las Dos Sicilias

El advenimiento del Primer Imperio francés de Napoleón Bonaparte, significó que Nápoles fue tomada tras la batalla de Campo Tenese y se instauraron reyes de Nápoles bonapartistas. El borbón rey Fernando, en 1805, se vio obligado a retirarse a Sicilia que aún controlaba totalmente gracias a la ayuda de la protección naval británica.​ Después de esto, Sicilia se vio implicada en las guerras napoleónicas. Después de la guerra, en diciembre de 1815, el rey Fernando regresó a Nápoles.

Los reinos de Sicilia y de Nápoles se unieron formalmente en 1816 como Reino de las Dos Sicilias bajo los Borbon-Dos Sicilias. Grandes movimientos revolucionarios acontecieron en Palermo en los años 1820 y 1848, contra el gobierno borbónico, con Sicilia buscando su independencia de Nápoles; la segunda revolución siciliana, la de 1848, resultó triunfadora, y como consecuencia de ello se abrió un período de efímera independencia para Sicilia, con su propio gobierno y su propio parlamento. Más tarde, en el curso del proceso de Unificación italiana, Sicilia, así como el resto del Reino de las Dos Sicilias, fue conquistada por el Reino de Piamonte-Cerdeña y se fusionó con los demás Estados italianos para formar el Reino de Italia.

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