En los últimos coletazos del siglo V, la situación de equilibrio de fuerzas en la Galia se había debilitado debido al ascenso de un nuevo poder en el escenario, llamado Clodoveo, que estaba llamado a ser el germen del poder hegemónico en el occidente europeo, heredero del antiguo Imperio Romano de Occidente.
En el año 486, el rey franco inicia una expansión hacia el sur de la Galia, encontrándose al reino de Siagrio, establecido en torno a la ciudad fortificada de Soissons. La superioridad franca hizo que Siagrio huyera hacia Tolosa en busca de refugio. De esta forma, Clodoveo se hizo con el control del Sena y el reconocimiento de la aristocracia galorromana, amén de la dignidad real heredada del antiguo poseedor del reino.
En el año 494 se produjo el primer conflicto, los visigodos rehusaron el enfrentamiento y su respuesta fue la entrada de una gran masa de población visigoda en la Tarraconense. En 496 se produjo la rebelión de Burdunelo, un prócer hispánico de una región a donde llegaron considerables contingentes de inmigrantes góticos y en la que se produjeron tensiones con la población indígena. Burdunelo acaudilló el levantamiento antigótico que fue reducido al año siguiente; enviado a Toulouse, recibió una muerte cruel (Chronica Caesaraugustana). Entre el 494 y el 507 se produjo la mayoría del paso del pueblo visigodo a Hispania y se produce el derrumbamiento del reino visigodo de Tolosa. Los pobladores godos se asientan, además de en la Tarraconense, en la actual Tierra de Campos (Palencia), llamada desde entonces los Campos Góticos, zona fronteriza contra el reino suevo, que domina desde Astorga la llanada leonesa contigua. En el 498 las hostilidades se reanudaron y un poderoso ejército franco entró en la Aquitania apoderándose de Burdeos (una de las residencias reales de los visigodos). Alarico II, ante la imposibilidad de repeler la agresión se vio obligado a firmar una paz en el 502. Se reunió con Clodoveo en una isla del Loira, cerca de Amboise. Según Gregorio de Tours en el tratado se acordó el establecimiento del Loira como frontera franco-visigoda y la entrega de Siagrio que fue ejecutado. La guerra no había hecho nada más que comenzar.
En los años siguientes ocurriría un hecho que iba a desequilibrar la balanza de forma definitiva. El rey franco, aconsejado por el obispo de París y su mujer Clotilde (que era cristiana), se convierte al cristianismo con toda su nobleza y clientelas tras percibir su importancia durante su duelo de poder contra los Alamanes (Suevos del Norte) y su victoria militar sobre el flanco expuesto al sur desde el alto Rhin, por lo que se gana a gran parte de la población galorromana y muy principalmente la cooperatividad de los fuertes lazos que ya controlaba el clero galorromano, heredero de las administraciones del bajo imperio. Al contrario que al monarca del sur del Loira al que no asistieron los prelados del reino de Tolosa, por las persecuciones de las que fueron objeto. La contraofensiva propagandística de Alarico II no se hizo esperar y ya tarde, en el 506 permitió a los obispos católicos reunirse en Agde y celebrar un sínodo. Este mismo año promulgó un compendio de legislación denominado Breviarium Alarici (o Lex Romana Visigothorum), aprobado por el episcopado y la nobleza. Este cuerpo legislativo pretendía unificar la legislación y atraerse a la población católica hispanorromana.
Sin embargo, y a pesar de los impetuosos esfuerzos de Teodorico el Grande por arbitrar el conflicto de la Galia, el enfrentamiento franco-visigodo era inevitable. Aprovechando injerencia bizantina, propicia para distraer al poderoso rey ostrogodo de tener mano libre con que apoyar al padre de su nieto Amalarico, finalmente el enfrentamiento se produjo en el año 507 en Vouillé a bastante distancia del ostrogodo de llegar a tiempo. Según la Chronica Gallica, Clodoveo, con la ayuda de sus aliados burgundios, derrotó a las fuerzas gótico-romanas de Alarico, quien, superado por el enemigo, cayó en el fragor del combate. Tras la batalla sus tropas se dirigieron a Tolosa para salvar el tesoro real y evacuarlo junto al heredero real, y que tras ser abandonada fue saqueada, obteniendo un gran botín. Los francos y burgundios se entregaron a la captura de plazas fuertes que fueron tomando, hasta que a la llegada de dos alas de avanzada ostrogoda de Teodorico el Grande desde la Provenza, hizo rebatirse a los burgundios a su reino mas expuesto y desprotegido, y ante este cambio de tornas y la nueva perspectiva ya sin aliados, el rey Clodoveo enfrentado a la alta probabilidad de un contraataque del grueso aun de las fuerzas visigodas con el temido refuerzo ostrogodo y lo mas temido aun, a ya entrar en conflicto abierto con Teodorico, abandonaría el poner a sitio a la Narbona y los francos se replegaron apresuradamente de Aquitania de regreso al Norte para asegurar botines, y poco a poco después ir reafirmando su dominio sobre plazas tomadas y sobre los galorromanos del sur.
Tras la muerte de Alarico II los visigodos se replegaron a Narbona y después salieron de la Galia rumbo a Barcelona donde establecieron su corte de 508 a 511 antes de trasladarse definitivamente a Toledo para convertirse en el reino de Toledo.
Los visigodos recuperarían muchas plazas y la salvaguarda de la Galia mediterránea de manos de francos o burgundios. Los ostrogodos pasaron a controlar directamente la defensa de la Provenza y valles medios del Ródano para mantener a los burgundios en jaque de cualquier designio contra Italia, Hispania o su dominio en Helvecia y Raetia sobre el Alto Danubio transalpino. Y similares asociaciones de pillaje junto a los francos.
San Isidoro trata de cobarde a Alarico II por no saber atraerse a la población hispanorromana. La supuesta solidaridad gótica es también cuestionada debido a que los ostrogodos llegaron tarde a la batalla. Durante la ocupación de Italia por Teodorico el Grande y su guerra contra Odoacro, rey de los hérulos, en el 490, sabemos que los visigodos enviaron un ejército para ayudar a los ostrogodos en la batalla de Pavía. Sin embargo, bajo el tutelaje que desde Italia el monarca ostrogodo haría efectivo con amplio personal militar, para cubrir el reino durante la minoría de edad de su nieto Amalarico, el intercambio de familias nobiliarias entre ambos pueblos godos se produciría con gran fluidez. Se le achaca a Alarico II falta de rigor o diplomacia en la lucha interna contra los obispos católicos y de que el Código de Alarico era sólo para los visigodos.
Gregorio de Tours (historiador del reino franco de la Galia) dice que Clodoveo arengaba a sus tropas diciendo que era intolerable que existiera un reino arriano en las Galias. Los burgundios lucharon al lado de los francos debido a que los visigodos habían ocupado su territorio de la Viennense y además habían sido derrotados previamente por los francos, y la oportunidad de expolios que ofrecieron. Casiodoro (erudito de la corte de Teodorico el Grande) en Variae, dice que Teodorico abogaba por la paz entre los distintos pueblos para colocarse como guardián de la situación en la Europa Occidental.