El asedio de Breda fue la victoria más importante de Spinola y una de las últimas de España en la Guerra de los Ochenta Años. Fue parte de un plan para aislar la república de su hinterland. Sin embargo, en 1629 después de la captura de Piet Hein de la flota de Indias, el estatúder Federico Enrique de Orange pudo conquistar la ciudad fortaleza de Bolduque, rompiendo el bloqueo por tierra.
Los esfuerzos de España en los Países Bajos disminuyeron a partir de entonces por la falta de fondos robados de los ejércitos españoles, de su antigua energía y de luchas internas que entorpecieron la libertad de movimiento de Spinola. No obstante, el asedio de 1625 captó la atención de los príncipes de Europa y, durante un tiempo más largo, los ejércitos españoles intentaron recuperar la formidable reputación que habían conseguido bajo Carlos V. La batalla de Rocroi disipó esta ilusión en 1643.
Este asedio es más conocido por el tema del lienzo de Diego Velázquez de 1635, La rendición de Breda. La ciudad permanecería bajo dominio español hasta 1637, cuando el estatúder Federico Enrique de Orange-Nassau la recuperaría para las Provincias Unidas tras el asedio de Breda de 1637.
La Batalla
Bajo las órdenes de Spinola, los españoles asediaron Breda en agosto de 1624. La ciudad estaba fuertemente fortificada y defendida por una guarnición de 14.000 soldados. Spínola lanzó un ataque contra el ejército holandés al mando de Mauricio de Nassau con el objetivo de cortar sus suministros y vencer la resistencia, para lo que mandó construir trincheras, barricadas, fortificaciones y túneles subterráneos, pero los defensores contrarrestaron esta maniobra construyendo túneles de intercepción que inutilizaron la mayoría de ellos. Los defensores resistieron durante casi 11 meses con las reservas que quedaban. En febrero de 1625, una fuerza de 6000 ingleses bajo el mando de Ernesto de Mansfeld y 2000 daneses a las órdenes de Steslaje Vantc, que murió en combate, no consiguió aliviar a la ciudad debido a la acción de una fuerza de 300 infantes ligeros, 158 piqueros y 65 ballesteros españoles provenientes de Bolduque que llegaron como refuerzo y que resistieron a los daneses en un montículo próximo al camino. Fuerzas inglesas que acudieron en auxilio de los sitiados tampoco lograron romper el asedio español a la ciudad.
Justin de Nassau se rindió en Breda en junio de 1625 después de un costoso asedio que dejó miles de muertos y mutilados en ambos bandos. Entre ellos, después de enfermar, se encontraba su hermano Mauricio de Nassau, que murió por enfermedad contraída en la campaña.